Unidad 910

Unidad 910 – Aparato de atentados en el extranjero de Hezbollah.

Se trata de una unidad selecta, compartimentada y secreta, encabezada por Talal Hamie, que constituye el brazo largo y estratégico de Hezbollah e Irán. Su objetivo es imponer el poder de disuasión sobre occidente, incluyendo Israel. En el pasado, esta unidad estaba encabezada por el propio Imad Mughnia.
 
Esta unidad está compuesta de unidades profesionales combinadas unas con otras – administrativas, así como operativas – y está separada de las otras unidades de la organización.
 
Dentro de esta unidad hay un reducido grupo de operativos, que incluye libaneses chiitas, cuyas familias no viven en el Líbano. Algunos de estos operativos cuentan con documentación extranjera legítima, y esto les permite circular y moverse con falsa identidad en el mundo entero, mediante coberturas empresariales o turísticas.
 
Sus viajes al extranjero se justifican – ante sus familiares, amigos y vecinos - como viajes rutinarios de trabajo. De hecho, se trata de una unidad de asesinos, que promueve diversas actividades terroristas en el mundo entero.
 
A diferencia de otros libaneses chiitas que practican su religión, estos miembros operativos viajan por el mundo sin llevar barba (completamente afeitados), no frecuentan mezquitas y mantienen vínculos con mujeres locales, en los sitios donde realizan su actividad operativa.
 
Estos miembros operativos deben pasar por un largo y complejo proceso de preparación y adiestramiento, hasta llegar a ser capacitados para la actividad operativa. Asimismo, deben pasar por una etapa de especialización que incluye: actividad en terreno, uso de la cobertura, sabotaje, e inclusive, aprendizaje de medidas especiales – como maquillaje - para cambiar su aspecto físico, en caso que se vean obligados a escapar del lugar.
 
Para facilitar la actividad de la unidad de terrorismo alrededor del mundo, la misma unidad crea vínculos con elementos partidarios del Hezbollah, que han fijado permanentemente su residencia fuera del Líbano. La unidad utiliza estos elementos para sus actividades logísticas y operativas.
 
La gran parte de estos elementos, o colaboradores regionales, desciende de familias libanesas que han abandonado el Líbano. Otros son locales, convertidos al Islam o al chiismo, que desean apoyar los esfuerzos de la "resistencia", inclusive si esto significa arriesgar sus propias vidas.
 
Hezbollah hace uso cínico y manipulativo de estos colaboradores. Como resultado, en la mayoría de los atentados fallidos de Hezbollah, los miembros operativos recibieron alertas a tiempo para poder escapar, mientras que los colaboradores fueron quienes tuvieron que pagar el precio, con largas condenas de prisión.
 
Las capacidades operativas que se han observado en el pasado, indican que en esta unidad no existe ninguna consideración con respecto a los resultados posibles de sus acciones. Por lo tanto, con el correr de los años, esta unidad hizo uso de una gran cantidad de explosivos, con el potencial de causar daño – y a veces causándolo - a seres completamente inocentes, además de atentar contra el objetivo elegido.
 
La actividad de esta unidad se caracteriza en planes a largo plazo y prefiriendo acciones cualitativas, a logros rápidos y puntuales.